Año tras año en este pueblo donde vivo, Arenys de Mar, cada 15 de agosto vuelve a ser Santa María de Arenys y revive "LA PESTA" el infierno que vivió en el siglo XVI, con la llegada de la peste bubónica o peste negra.
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Dicha peste, llegó por mar a través de la mar y sus marineros pescadores. Se extendió enseguida y quedó toda la población en cuarentena. Morían a cientos y la población, pronto estuvo diezmada.
En esta escena dibujada, podemos ver cómo apilaban en un barco los muertos en sacos, que serían llevados a la playa para enterrarlos y evitar que se propague esa cruel enfermedad.
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En la borda se apilaron multitud de cadáveres.
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En la playa se prepararon tumbas, para enterrar los que vienen por mar
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Madres, hijos y familiares esperaban la llegada de sus familiares muertos en la embarcación que los traía.
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El Musen les esperaba para darles la bendición.
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Madres, hijos y familiares viendo con ansiedad la llegada de los fiambres:
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Al son de los tambores y sollozo de plañideras y familiares, descargaron los cadáveres en la playa para su entierro:
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Momento del entierro de los cuerpos con los gritos desgarradores de plañideras y familiares
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Familiares ante la tumba donde se hallan los restos de los familiares apestados:
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En todas las calles del desdichado pueblo, estaban, la población desesperada, llorando a sus muertos y se veían escenas desgarradoras por todas sus callejuelas y plazas, alrededor de la Iglesia. No había lugar ni daba tiempo para enterrarlos
En este dibujo, se ven dos niñas preparando ataúdes, mientras su padre, tomaba medidas de apestados que ya no tenían salvación.
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Carteles por todos lados anunciando apestados. Puertas cerradas!
En un rincón del pueblo estas piadosas mujeres ofrecían hojas de helechos, que según decían, ayudaban a que la peste se marchara del cuerpo:
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Por último, en la plaza de la Iglesia de Santa María de Arenys, donde la población se concentró, después de un baile fúnebre y la matanza de una enorme rata transmisora de la enfermedad, desde lo alto de campanario de la iglesia, de repente, apareció SAN ROC, bajando lentamente por las paredes del templo. Desde ese día no hubo más enfermos y fue curando a los afectados. UN MILAGRO de Sant Roc, que desde entonces, la población, en esos 400 años transcuridos, le recuerda y da las gracias. Frenó la progresión de la peste, haciéndola desaparecer
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Un par de fotos:
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